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La
artrosis puede afectar a cualquier articulación.
Sin embargo, cuando la artrosis aparece fuera de los
sitios más comunes, aumenta claramente el riesgo
de que sea secundaria a otro proceso (alteración
de ejes articulares, displasias, enfermedades metabólicas).
En estos casos, los antecedentes personales tienen especial
interés. Por ejemplo, las fracturas pueden provocar
alteraciones de los ejes anatómicos -o de la
congruencia articular- capaces de producir artrosis. |
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Algunas actividades
laborales se han relacionado con la artrosis de ciertas
articulaciones. Por ejemplo, la artrosis de codo se
ha relacionado con las fracturas y ciertos trabajos
manuales pesados, como la agricultura o la minería.
La artrosis de hombro aparece en los ancianos y tiene
que ver con la rotura del manguito de los rotadores
(Fig.
1). La artrosis de tobillo es poco frecuente
y suele ser secundaria a traumatismos previos. Otras
localizaciones, que conviene conocer, son la acromioclavicular
y la esternoclavicular. |
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La presencia
de signos radiológicos degenerativos en la columna
vertebral es un hallazgo casi universal a partir de
cierta edad, sobre todo a los niveles cervical y lumbar
(Fig.
2), (Fig.
3). Su significado clínico es incierto.
En conjunto, las personas con artrosis radiológica
de columna tienen dolor con más frecuencia que
los controles. Este dolor suele ser de tipo "mecánico"
(aumenta con la bipedestación y los movimientos)
y cursa con frecuentes exacerbaciones e irradiación
hacia las extremidades. Resulta difícil distinguirlo
del dolor de origen muscular o de partes blandas. |
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