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¿CÓMO SE DIAGNOSTICA
LA ARTROSIS DE CADERA?
El
diagnóstico de la artrosis de cadera es relativamente
sencillo para el médico. Se basa en el interrogatorio
que el facultativo efectúa al paciente sobre el tipo
de síntomas que padece y sus características,
seguido de una exploración de la articulación
de la cadera, con sus movimientos. Mediante la exploración,
el médico puede objetivar el grado de artrosis que
existe. Para confirmar el diagnóstico es necesario
efectuar una radiografía de la cadera. En ella, se
pueden ver los cambios típicos que produce la artrosis
en la articulación, y se puede establecer un pronóstico
sobre la gravedad de la misma, en función de que la
cadera se encuentre más o menos desgastada.
Los análisis de sangre no sirven para nada en el diagnóstico
de la artrosis de cadera, ya que todos los resultados, así
como las denominadas "pruebas reumáticas"
son normales. Otras pruebas de diagnóstico más
sofisticadas y complejas, como el scaner o la resonancia,
tampoco son necesarias para diagnosticar y tratar una artrosis
de cadera. Asimismo, la densitometría ósea,
en la que se suele evaluar la cadera además de la columna
lumbar, no sirve para diagnosticar la artrosis. La densitometría
ósea se emplea para diagnosticar la osteoporosis, que
es una enfermedad producida por la descalcificación
de los huesos (y no por el desgaste de las articulaciones),
y que por lo tanto no tiene nada que ver con la artrosis.
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