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Autor: Dr. Mariano Crespo
Peña
¿QUÉ SÍNTOMAS
PRODUCE LA ARTROSIS?
La
artrosis es una enfermedad crónica, que se desarrolla
muy lentamente. Sus síntomas son poco importantes en
su inicio, progresando paulatinamente con el paso del tiempo.
La queja fundamental del paciente con artrosis es el dolor
en la articulación. Inicialmente, el dolor es discreto
y sólo se produce cuando se fuerza la articulación
afectada con una actividad física importante, cediendo
espontáneamente con el reposo. Posteriormente, si la
enfermedad avanza, el dolor aparece con más facilidad
y se hace más continuo. Se necesita un menor esfuerzo
físico para que el paciente note molestias.
El dolor articular en la artrosis es mayor al inicio del movimiento
(al empezar a caminar o incorporarse de una silla, por ejemplo).
Se acompaña de una sensación de rigidez o entumecimiento
de la articulación, que dificulta moverla libremente.
Este dolor y rigidez mejoran en pocos minutos después
de que la articulación se “calienta” con el ejercicio.
En ocasiones, en la evolución de la artrosis se producen
episodios de descompensación de los síntomas.
En estos periodos, que son de una duración variable,
el paciente experimenta un dolor mucho más agudo e
intenso, que le impide mover la articulación enferma.
Además, el dolor es más continuo y no se alivia
con tanta facilidad con el reposo. Estas descompensaciones
suelen acompañarse de la existencia de una inflamación
articular (derrame de líquido sinovial) o de tendinitis
(inflamación de los tendones situados alrededor de
la articulación con artrosis).
Cuando la artrosis no
se controla y se alcanzan fases más avanzadas de la
enfermedad, además del dolor, el paciente se queja
de una limitación o disminución en los movimientos
que puede hacer con la articulación (por ejemplo, no
puede flexionar la cadera o la rodilla completamente). También
pueden observarse ciertas deformidades en las articulaciones
con artrosis y alteraciones en la alineación de los
huesos.
Deformidades en los miembros inferiores que aparecen en la
artrosis de rodillas.
Es importante destacar que existen una serie de factores
individuales, dependientes de la personalidad del enfermo,
que influyen incluso mucho más que la gravedad de la
artrosis a la hora de determinar los síntomas de los
que el paciente se queja. En la percepción del dolor
influyen circunstancias emocionales como la ansiedad, el estrés,
el ánimo depresivo y la propia sensibilidad individual
al dolor.
De esta forma, las personas más sensibles al dolor
y los pacientes con personalidad ansiosa o depresiva se quejan
de síntomas mucho más severos. Además,
experimentan una sensación de invalidez mucho mayor
que aquellos pacientes emocionalmente estables, incluso cuando
la importancia y gravedad de sus lesiones articulares es mínima. |