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¿CÓMO SE TRATA LA
ARTROSIS CERVICAL?
En
primer lugar, se debe consultar con un médico para
que evalúe los síntomas y confirme el diagnóstico
de artrosis. Una vez que la artrosis cervical ha sido diagnosticada,
el médico planteará un tratamiento que básicamente
irá orientado a conseguir el alivio de los síntomas,
y si es posible a evitar la progresión de la artrosis.
En las fases de dolor y rigidez cervical más intenso,
el reposo hasta que se consigue mejorar los síntomas
es una de las primeras medidas a adoptar, acompañado
de la aplicación local de calor, que puede efectuarse
con una manta eléctrica, bolsa de agua caliente, etc.
Excepcionalmente, y nunca como norma, habrá que recurrir
a la colocación de un collarín cervical, que
generalmente deberá emplearse durante un tiempo breve
y determinado. Los medicamentos también se utilizan
en los periodos dolorosos como tratamiento sintomático,
comenzando por los analgésicos para el tratamiento
del dolor, o los antiinflamatorios. En ocasiones se emplean
relajantes musculares, que alivian la contractura muscular
que tan frecuentemente se asocia a la artrosis cervical. Finalmente,
el médico valorará en cada paciente la conveniencia
o no de utilizar fármacos capaces de retrasar a largo
plazo la evolución de la artrosis. En ocasiones, las
técnicas de fisioterapia y rehabilitación de
la columna cervical completan el abordaje terapéutico
del paciente con artrosis cervical. Estas técnicas
incluyen los ejercicios de movilidad de columna cervical,
las sesiones de electroterapia (las denominadas "corrientes")
y en determinadas indicaciones, las tracciones cervicales.
En todo caso, siempre se tienen que cumplir las normas de
protección de la columna cervical que le recomiende
su médico. Asimismo, deberá efectuar los ejercicios
de rehabilitación que éste le indique.
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