FÁRMACOS MODIFICADORES
DE LA ENFERMEDAD EN LA ATROSIS A LA LUZ DE AVANCES RECIENTES
CON SULFATO DE GLUCOSAMINA.
J. Y. Reginster Lieja (Bélgica)
Hasta hoy, el objetivo principal del
tratamiento farmacológico de la artrosis ha sido
controlar los síntomas de la enfermedad, concretamente
el dolor y la limitación funcional, especialmente
en periodos de tiempo cortos. Esto se logra en la actualidad
mediante la utilización de medicación
no específica, como analgésicos y fármacos
antinflamatorios no esteroideos (AINE), o mediante el
tratamiento con compuestos específicos, como
el sulfato de glucosamina y otros agentes, capaces de
interferir con algunos de los procesos posibles de la
enfermedad. Sin tener en cuenta su mecanismo de acción,
estos fármacos se clasifican en la actualidad
como "fármacos modificadores de los síntomas",
siempre y cuando cumplan los requisitos de investigación
clínica establecidos por organizaciones científicas
(1, 2) y reconocidos por las autoridades sanitarias
(3). Por otra parte, debido a su mecanismo de acción,
los compuestos específicos pueden no sólo
modificar el desarrollo de los síntomas en tratamientos
a largo plazo, sino también producir cambios
favorables en las articulaciones y, por tanto, la evolución
de la enfermedad, en contra de lo que se ha observado
con algunos AINEs, que podrían incluso empeorar
dicha evolución. Si este fuese el caso, tales
fármacos deberían clasificarse como "modificadores
del sustrato estructural de la enfermedad" y, por tanto,
como "fármacos modificadores de la enfermedad"
en la artrosis, tal y como se está estudiando
en varios ensayos en Europa.
Recientemente hemos llevado a cabo
un ensayo doble ciego, controlado y aleatorio, con una
duración de tres años, que abarca a 212
pacientes con gonartrosis, para estudiar las propiedades
modificadoras de síntomas, y especialmente, de
la base estructural a largo plazo, de un tratamiento
con 1500 mg de sulfato de glucosamina oral administrados
una vez al día (4). Nuestros resultados han sido
refrendados recientemente por otro estudio independiente,
de diseño y duración similar, con 202
pacientes con artrosis de rodilla (5). En ambos estudios,
la modificación de la estructura se evaluó
por medidas de la anchura del espacio articular (AEA)
del compartimento medial de la articulación tibiofemoral,
sobre radiografías anteroposteriores estandarizadas
en bipedestación de cada uno de los miembros
inferiores en extensión total. En nuestro estudio,
la principal medición de los resultados se representó
por AEA media con un sistema de medición validado
que empleaba imágenes digitales, mientras que
en el segundo estudio anteriormente citado se midió
AEA visualmente en el punto más estrecho mediante
una lupa graduada de 0,1 mm. Los cambios en AEA después
de tres años representaron el estrechamiento
del espacio articular (EEA). En ambos estudios, los
síntomas se evaluaron por el índice WOMAC,
y adicionalmente por el índice de Lenesque en
el segundo ensayo.
Las tablas que acompañan recogen
los resultados de ambos estudios:
Resultados (intención de
tratar) del estudio de Reginster et al (4)
|
Placebo (N=106) |
Sulfato de glucosamina
(N=105)b
|
AEA media comienzo (mm)
EEA 3 años (mm)
|
5,39 (0,12)
-0,31 (0,09)
|
5,23 (0,13)
-0,06 (0,08) *
|
WOMAC comienzo a
% variación 3 años
|
940 (47)
+9,8 % (8,1)
|
1030 (46)
-11,7 % (4,3) **
|
Los datos son medias (error estándar
de la media)
a versión escala
visual análoga: suma de SVA (mm).
b no se encontró
1 radiografía inicial de un participante
*
p = 0.043 y ** p = 0.020 vs placebo (ANOVA)
Resultados
(intención de tratar) del estudio de Pavelka et al (5)
|
Placebo (N=101) |
Sulfato
de glucosamina (N=101) |
AEA media comienzo (mm)
EEA 3 años (mm)
|
3,59 (0,16)
-0,19 (0,05)
|
3,97 (0,14)
+0,02 (0,05) **
|
WOMAC comienzo (puntos)
d WOMAC 3 años (puntos)
|
30,5 (1,4)
-4,9 (0,8)
|
30,7 (1,4)
-8,0 (0,9) *
|
Lequesne comienzo (puntos) a
d Lequesne 3 años (puntos)
|
8,9 (0,2)
-0,8 (0,2)
|
9,0 (0,2)
-1,7 (0,2) **
|
Los
datos son medias (error estándar de la media)
a
Versión de la escala de Likert
* p = 0, 010 y ** p = 0,002 vs placebo
(ANOVA)
En ambos estudios, el sulfato de glucosamina
fue capaz de obstaculizar el deterioro de la estructura
articular, tal y como representa el lento EEA (£
0, 1 mm/año de media) en pacientes con gonartrosis,
así como de producir una importante mejoría
síntomática. El perfil de toxicidad del
sulfato de glucosamina fue tan bueno como el del placebo.
Recientemente se han llevado a cabo
estudios similares con otros medicamentos. Sin embargo,
un estudio controlado aleatorio de gran tamaño
y con una duración de tres años sobre
diacereina en artrosis de cadera no ha podido mostrar
el efecto de este compuesto en la evolución de
la enfermedad (6). Se han llevado a cabo reducidos ensayos
piloto con condroitín sulfato (7) e ácido
hialurónico intrarticular (8), estándose
a la espera de los resultados preliminares.
En conclusión, el sulfato de
glucosamina es el primer y único fármaco
para el cual dos estudios de gran tamaño, independientes
y de larga duración, han mostrado efectos combinados
modificadores de síntomas y del sustrato estructural
y, por tanto, un efecto verdaderamente modificador de
la enfermedad en la artrosis.
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